Más
Es muy fácil conservar y mantener.
Sólo necesita agua limpia y una temperatura no excesivamente alta.
Se coloca en un recipiente cualquiera y se cambia el agua de vez en cuando tratando de no dañar las pequeñas raíces.
En los primeros dias el agua puede estar más turbia y con un olor más fuerte.
Si queremos que la planta descanse la retiramos del agua y la dejamos secar sobre un papel a temperatura ambiente y en semioscuridad.
Si pasado un tiempo queremos recuperarla otra vez, lo único que tenemos que hacer es volverla a poner en contacto con el agua.